Motochorros en el barrio San Jose, arrastran por la calle a una joven para robarle

Una joven empleada de un cotillón en Pinamar fue víctima de un violento asalto en la vía pública por parte de «motochorros» poco después de cerrar su local, cerca de las 20:30/20:40 horas. El hecho ocurrió en la intersección de las calles Intermédanos y Cazón, cerca de la altura del natatorio, en una zona que, según la víctima, transita habitualmente sin inconvenientes.
La joven relató que, al pasar por fuera de un comercio, divisó una camioneta y una moto con dos ocupantes. Al doblar en Cazón, camino a su casa, fue abordada sorpresivamente. «Siento que me agarran de atrás y me manotean la cartera», testificó. Los delincuentes, dos jóvenes a bordo de una motocicleta de baja cilindrada y oscura (posiblemente una Wave, con uno de ellos usando casco), actuaron en movimiento sin que el acompañante descendiera.
En un acto de reflejo, la víctima se resistió al robo colgándose del brazo del ladrón en la moto. Esta reacción provocó que fuera arrastrada por el vehículo hasta que finalmente la soltaron. Los asaltantes se dieron a la fuga doblando en contramano por la calle Apolo.
La joven, que afortunadamente llevaba su teléfono en la mano, persiguió a los «motochorros» por Cazón gritando. Nadie salió de las casas a asistirla. Finalmente, exhausta y en estado de shock, cayó al piso a la altura de Textilogar. Desde allí, llamó a la Policía y a su padre.
La víctima confirmó haber realizado la denuncia policial esa misma noche. Cámaras de seguridad de un kiosco cercano (Bauso) registraron su paso y la posterior salida y movimiento de la moto, confirmando que el robo ocurrió en cuestión de segundos (entre las 8:47:12 y las 8:48, cuando hizo la llamada a la policía). Si bien lamentó la pérdida material, la joven destacó que, afortunadamente, solo sufrió dolor en una mano por la fuerza que hizo al resistirse, y agradeció no haber sufrido lesiones mayores pese a la violencia del arrastre. La Policía acudió rápidamente al lugar y la atención recibida en la comisaría fue adecuada, aunque la víctima reconoció haber entrado en un «ataque» de llanto y reacción una vez que «se le enfrió el cuerpo», cayendo nuevamente en la esquina de Rivadavia y Apolo, detrás del supermercado Disco.
