1 de diciembre de 2025

Camila Merlo con Martin Yeza sentíamos que había un rumbo, que sabiamos donde ibamos, no me pasa con Juan

La concejal saliente del oficialismo expuso la interna política en su despedida. Si bien adujo cansancio tras una década en la función pública, admitió que su visión de ciudad «divergente» y la dificultad para encontrar un norte claro en la actual gestión motivaron su decisión de no aceptar nuevos cargos.

Tras diez años ininterrumpidos en la función pública, Camila Merlo dejará su banca en el Concejo Deliberante. Sin embargo, lo que podría haber sido una despedida protocolar se transformó en una fuerte definición política. En una reciente entrevista con Pinamardiario, la edil saliente no ocultó sus discrepancias con la conducción del actual intendente de su propio partido, Juan Ibarguren, contrastando su estilo de liderazgo con el de la gestión anterior.

Si bien Merlo citó inicialmente el «desgaste natural» y la necesidad de un «descanso» como razones primarias para su alejamiento —sumado a la imposibilidad legal de renovar su banca—, el foco de su salida radica en una diferencia de criterios insalvable con el Ejecutivo actual.

La comparación con la «era Martín Yeza»

El punto más álgido de sus declaraciones surgió al comparar la gestión actual con la del ex intendente Martín Yeza. Merlo fue contundente al señalar la falta de dirección que percibe en la administración de Ibarguren.

«Para mí lo más importante que tiene que tener una gestión es saber a dónde vamos. Y en ese saber a dónde vamos, que por ahí con Martín me era muy fácil saber a dónde íbamos, con Juan hemos tenido diferencias y me costó por ahí encontrarlas«, sentenció Merlo.

La concejal aclaró que no se trata de calificar la gestión como «mala» o de poner en duda si el Intendente está a la altura de sus propias expectativas, sino de una cuestión de «criterios al momento de desarrollarse».

Propuestas rechazadas y una «visión divergente»

Consultada sobre si existieron ofrecimientos para continuar ligada al gobierno municipal, Merlo confirmó que hubo propuestas, pero que no prosperaron debido a su falta de interés y la necesidad de tomar distancia para hacer un «insight» personal.

Su negativa a seguir, ya sea en el HCD o como asesora, parece radicar en la imposibilidad de generar un punto de encuentro con el Ejecutivo. «Yo pienso que mi forma de ver las cuestiones de gestión pública tienen una mirada muchísimo más amplia, distinta o divergente», explicó.

Merlo enfatizó que las políticas públicas reales requieren un «ida y vuelta», algo que en este ciclo político no logró concretar: «Ese encuentro a mí me costó mucho».

Un paso al costado «antes de ser un problema»

Finalmente, la concejal dejó en claro que su salida es también un acto de pragmatismo político ante la falta de coincidencias. «Es positivo que una persona diga ‘esto por ahora no es lo que estoy dispuesta a acompañar’ y, antes de ser un problema, me corro«, concluyó.

La partida de Merlo deja al descubierto las tensiones internas en el oficialismo local y plantea interrogantes sobre la consolidación del liderazgo de Ibarguren frente a los referentes históricos del espacio.

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